En WWF México nos estamos reinventando. Queremos Traer la naturaleza de vuelta y lograr que nuestro país recobre en la próxima década sus espacios naturales para el bienestar del planeta y las personas.

La estrategia de Traer la naturaleza de vuelta es simple y directa: seis pilares que se entrelazan y complementan para permitir un resultado ambicioso: Conservar, Restaurar, Reducir, Financias, Incidir e Inspirar.

La extensa topografía de México ha dado lugar a un complejo mosaico de praderas desérticas, húmedas selvas tropicales, archipiélagos en mares productivos y praderas alpinas. A su vez, estos ecosistemas han dado origen a innumerables culturas, lenguas, tradiciones culinarias y un alto grado de especiación. Gracias a ello, México es considerado un país "megadiverso", es decir, que posee el mayor número y diversidad de animales y plantas.
 

• Es el centro de origen de más de 100 especies de cultivos utilizados globalmente.
• Más de 522 mamíferos terrestres y 42 mamíferos marinos -o el 13% de todas las especies de mamíferos del planeta Tierra- se encuentran aquí.
• Es un importante centro de endemismo. Aproximadamente el 50% de la flora del país es endémica, como las 518 especies de cactus que sólo crecen en el país.
• La legislación mexicana reconoce 68 lenguas indígenas habladas en la actualidad.
• Tiene 225 Áreas Naturales Protegidas federales, que representan 93,807,694.03 ha.
• En 2018, había aprobado alrededor de 300 reservas de agua, incluido el libre flujo de uno de sus ríos más largos, el río Usumacinta.

La biodiversidad está intrínsecamente ligada a nuestra diversidad cultural, lo que llamamos riqueza biocultural; y como en muchos lugares del mundo, en México está severamente amenazada. El 50% de sus ecosistemas están fragmentados, con una pérdida de más de 170,000 hectáreas de vegetación natural por año, mientras que el 87% de las pesquerías están bajo explotación severa o muy severa. En los últimos 30 años, el país perdió también al menos 127 especies, el 58% de las cuales estaban clasificadas como endémicas.

El aumento de la población, la conversión de hábitats para la agricultura, la ganadería y el desarrollo de infraestructura, el cambio climático y la sobreexplotación de los recursos están incrementando la escasez de agua, la erosión del suelo, la pérdida de biodiversidad y la pobreza. A ello se suma que alrededor del 36.3% de la población mexicana vivía por debajo del umbral de la pobreza en 2022.